No nos engañemos. La corrupción está en todos los lados de la procuración de justicia. La policía y la Fiscalía llevan a cabo desapariciones forzadas. Los jueces hacen y deshacen dependiendo de quién les pague. El año pasado, elementos de la Fiscalía con armas largas intentaron zafar de la responsabilidad a uno de los suyos que chocó en estado de ebriedad y mató a una mujer, Patricia. Los jueces del rubro administrativo y de causas penales liberan rutinariamente a detenidos con nombres, apellidos o cargos notables. En Puerto Vallarta, un juez probablemente corrompido por las fuertes redes de trata de menores y mujeres que existen desde hace décadas, pretendió liberar a un corruptor de menores que fue encontrado con una menor desnuda en su auto. Si no hay una recuperación del control jurídico, policial y político de las redes de trata que lastiman a los vallartenses desde hace décadas, cualquier declaración de cualquier gobernante será una mera simulación. Rodrigo Cornejo @Rodrigo_Cor