La extorsión, ese impuesto invisible impuesto por el crimen es una forma de extracción de rentas criminales. Esta es una amenaza a la seguridad nacional, y la clave de la nueva estrategia de seguridad presentada por el Secretario Omar García Harfuch. El concepto de extracción de rentas es el poder coercitivo de la violencia organizada para imponerse como un parásito sobre el flujo de dinero de actividades lícitas. Al igual que la Mafia o la ‘Ndrangheta en el Sur de Italia, donde obligan a comerciantes y constructores a pagar el “pizzo” a cambio de “protección”, grupos delictivos en nuestro país han replicado este modelo. En México, el llamado “cobro de piso” es una renta criminal: el delincuente no aporta valor a la economía (no produce ni invierte), sino que utiliza la amenaza y la violencia para capturar una porción de las ganancias generadas por un tercero (el transportista, el agricultor, el constructor). Esta dinámica le da al crimen un flujo de efectivo estable y un control terri...
La iniciativa de ley federal contra la extorsión y la Estrategia Nacional de Seguridad del gobierno federal confirman que el Estado mexicano ha elegido combatir al crimen organizado atacando la fragmentación institucional y jurídica. El objetivo es que la extorsión, ese impuesto criminal que asfixia la economía formal, pase de ser delito a solapado a nivel local y para que se vuelva una prioridad federal de seguridad pública. La extorsión, especialmente el "cobro de piso", no es solo un acto de violencia, sino un mecanismo de control económico que permite a los cárteles infiltrarse y distorsionar mercados vitales como el agrícola y el de la construcción, como se ha visto en Jalisco, Michoacán y el Estado de México. Esto daña a la población, inflando costos y castigando a quienes cultivan, construyen o emprenden negocios. La nueva iniciativa de ley busca corregir la histórica disparidad del tipo penal entre estados, donde penas y definiciones inconsistentes daban a los ext...