Hace algunos días, Carlos Loret de Mola salió a criticar a Marcelo Ebrard, diciendo que, aunque es un eficaz operador del Presidente, jamás sería elegido porque «no se dejaría controlar». El rápido cambio de agenda de los medios opositores revela que saben muy bien que la importancia de la alianza partidista “Va por México” se ha hecho más y más pequeña. La apuesta es clara: acentuar la rivalidad entre los aspirantes de Morena. Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto –que se perfilan como los más fuertes– han acudido juntos a eventos como el del pasado fin de semana en Toluca. No se sabe cuánto tiempo más durarán estas apariciones conjuntas, a la luz del banderazo de salida del 2024 que dio ayer el Presidente López Obrador. Sin embargo, estas muestras de unidad simbólica llaman más la atención del público que las apariciones conjuntas de los presidentes del PRI, PAN y PRD o incluso los regaños públicos de Claudio X. González a Movimiento Ciudadano por no sumarse a su coalición opositora. Está