El pánico moral que suscitan los marginados se expresa de formas diversas en las clases altas. La filantropía es una de ellas, que en su expresión más pura pone la barrera del dinero entre las causas y las consecuencias de la pobreza. Por ejemplo, aventarle dinero a un problema para lavar la culpa moral es una forma de atender desde la superioridad económica el problema de la separación entre clases sociales sin alterar la jerarquía entre pobres y ricos. En su expresión más perversa, la filantropía deviene en estrategia fiscal o franco lavado de dinero, como ya lo ha evidenciado el gobierno federal. Otra expresión del pánico moral de las clases altas de derecha es la atención que pone en la orfandad. Si bien los huérfanos son una expresión dura de una orfandad más grande, la social, en la que las familias son rotas o nunca expresan sus lazos por la pobreza o las adicciones, la atención que le ponen ciertas clases altas es peculiar. Los niños son, para ellos, “rescatables”. No es lo mis