Érase una vez una leyenda negra que decía que después del triunfo del obradorismo, México se transformaría en Venezuela. Decía que la escasez estaría por doquier y habrían largas filas para acceder a bienes y servicios básicos. Se buscaba asustar a las clases medias cuyo ingreso, con grandes esfuerzos, les permite sortear las dificultades haciendo cosas como pagar un seguro médico privado. Esta propaganda fue muy venenosa y no tiene contacto con la realidad. La transformación caminará sin ir en detrimento de las clases trabajadoras y media, como se ha visto con el incremento al salario mínimo. Como el régimen anterior estaba acostumbrado a avanzar a costa del despojo, la competencia destructiva y el individualismo extremo, confiaban que la gente se acostumbraría a vivir con las migajas de su miserable arreglo social. Meter miedo y segregar el sistema de salud por ‘”categorías” fue su apuesta. Fallaron. Ahora, se ha puesto en marcha un proyecto increíble: universalizar la salud.