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En Corto - Ambulantaje, Rutas Certificadas y Transporte Público

El ambulantaje pasa por la desigualdad económica. No es la primera vez ni la última que vemos operativos que tratan de imponer cierto orden pero sin fuentes de trabajo, es difícil que los ambulantes, sean clientela electoral o no, renuncien a su fuente de ingreso. No ha habido una conexión con los habitantes del centro de Guadalajara. Seguramente habrá algo de sabiduría en qué no se quiere ver en el centro (artículos robados, mercancías ilegales chinas) y lo que sí se quiere ver (giros tradicionales, comida). Recurrir a dispersar comerciantes informales con policía estatal y gases lacrimógenos no solamente es represivo, es una falta de oficio político tremenda.

Foto de Notisistema
El aumento al transporte público mediante certificación nos deja ver que el enfoque técnico de gobierno y partidos está agotado. El problema es claro y está sobrediagnosticado. Los organismos técnicos y observatorios, sin dientes, no hacen más que decirnos lo que ya sabemos: el transporte público es malo y necesita mejorar. Es necesario abrir el debate político (no técnico) serio y hablar de cosas tabú, como estatizar rutas que no sean rentables, según nos dicen los propios concesionarios y mejorar rutas que son un problema social, como la ruta 380 que traslada a miles de personas.

Puntos mínimos para la mejora del transporte:
  • Integrar un sistema de transporte, mediante el trasbordo: comprar un boleto, poder tomar varios camiones.
  • Un sistema de abonos semanales, mensuales y anuales para que se tenga predictibilidad en los ingresos y ganancias.
  • Que quien más use el transporte pague menos: discutir un subsidio a trabajadores del extrarradio de la Zona Metropolitana.

Ya basta de que quienes son más desaventajados económicamente paguen los platos rotos de un sistema de transporte defectuoso, corporativizado y privatizado. Incluso a quienes tienes carro les afecta: hay miles de horas-hombre perdidas en el tráfico. Estos costos invisibles hacen de Guadalajara una urbe poco efectiva y deshumanizada. Abramos el debate político, el tiempo de lo técnico ya pasó.

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Reseña: El rey viejo de Fernando Benítez

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