Como siempre, el Gobierno de Jalisco muestra su verdadero carácter cuando justifica sus decisiones. Ahora, hablamos de las Villas Panamericanas. Usando como truco el discurso anticorrupción y de la "eficiencia", se está vendiendo algo público a privados, con grises criterios y dudosos beneficios para el pueblo de Jalisco.
El problema de las Villas Panamericanas es que trata al IPEJAL como una empresa y dice que necesita "recuperar su inversión". No. El IPEJAL y Jalisco necesitan que los dejen de tratar como si fueran empresas privadas cuando son bienes públicos. Aparte, de nuevo se ignoran las demandas de la "sociedad civil" que dice representar e integrar Movimiento Ciudadano. Van a vender un bien público para habitar la zona de recarga del Bajío. Ya está muy claro el daño ambiental que suponen las Villas Panamericanas.
De nuevo, el falso dilema alfarista de que se toma una decisión difícil pero es la mejor, se dice que está ayudando y salvando al IPEJAL. FALSO. Convalidar la existencia de las Villas Panamericanas y privatizarlas de nuevo jode al pueblo de Jalisco (y al IPEJAL). Sí hay más opciones: demoler o usar como edificio público. En fin, el diagnóstico está claro. Para que se repita la historia del alfarismo en el gobierno sólo falta una cosa: que el empresario o la empresa que compra las Villas Panamericanas tenga nexos con Enrique Alfaro. Si existen, de seguro pronto saldrán a la luz.