Las elecciones son un ejercicio para disputar el poder y descubrir de qué lado está la ideología de cada partido. En Jalisco hay dos opciones: el panismo renovado, vestido de naranja que usa el discurso de eficiencia y privatización y que a pesar de que llevan 6 años gobernando, los resultados hacen difícil justificar su continuidad. La otra opción es que comencemos a priorizar a la gente y desterremos la corrupción inmobiliaria de la zona metropolitana. Los gerentes que piensan que el estado y la ciudad es su negocio particular. Aunque los formatos de los debates no dan para mucho, siguen siendo un espacio valioso para visualizar estas dos opciones y que sepamos que el separatismo fiscal, las peleas con el presidente y la no coordinación en materia de seguridad son un callejón sin salida que Jalisco no merece.
Es un azar. Los que nos eran leales nos traicionaron, los que fueron traidores pueden salvarnos. no sabemos ya nada de nada. — Extraño país el nuestro. — Es un país corrompido hasta la médula de los huesos -suspiró. Enrique a Carranza, en medio de su huída. El sueño y desencanto de un burócrata con aspiraciones de intelectual perfila muy bien el momento de quiebre que tal vez pasaron los secretarios de este nuevo régimen. Ellos, al igual que Enrique, el burócrata de El rey viejo, fueron violentamente atravesados por la crudeza de la política mexicana cuando creyeron que podían acceder a las glorias del gobierno y hacer historia sin penurias o dificultades. "No hay un gran mexicano que no sea o haya sido un fugitivo". No me simpatiza la causa legalista de Carranza pero la corta novela ayuda a forjar una extraña empatía del orden ante el caos de los mexicanos que no se cansaban de guerrear entre ellos, cambiando de bando conforme la necesidad, la codicia y ...