Las campañas en todo el país confrontan de manera directa a los dos grandes bloques políticos que disputan poder y posiciones. En Jalisco, esto se traduce en un proyecto de restauración conservadora. Es una vuelta atrás y pretende, literalmente, FRENAAAr a López Obrador. El otro proyecto es con la organización popular de las clases trabajadoras, colonias marginadas, algunos sindicatos organizados, bases descontentas y maltratadas de otros partidos políticos y morenistas fundadores. Ese es el proyecto de la 4T.
La restauración conservadora en Jalisco la encabeza la alianza de facto entre el PAN, segmentos del partido ‘Futuro’ en Zapopan y Movimiento Ciudadano. El PAN proporciona las estructuras de movilización electoral, Futuro proporciona el “voto útil” en el municipio que concentra grandes negocios y capitales, mientras que MC provee los candidatos. Todos estos candidatos van cobijados por un aparato de comunicación en redes sociales que tiene capacidad de veto y decisión en las decisiones de campaña y de gobierno. Es la mercadotecnia por encima de la política.
Con este tablero electoral, se ha contado la leyenda de una falsa pluralidad de opciones dentro de Movimiento Ciudadano. El alcalde con licencia de Zapopan, Pablo Lemus, ha dejado correr la versión de que está separado del gobernador Alfaro e incluso de que forman parte de grupos políticos distintos. Nada más falso. La constante privatización de espacios públicos en Zapopan da fe de los estrechos vínculos e intereses conjuntos de Alfaro y Lemus. Como ejemplo, podemos tomar el caso de Plaza Arcos, donde la empresa de la familia de Alfaro “Tierra y Armonía” será la desarrolladora de un proyecto privado construido en tierras públicas.
La pantomima de fingir diferencias de opinión entre Lemus y Alfaro es un acto bien calculado para que Lemus, que carece de los negativos de la represión policial y las confrontaciones con AMLO, pueda ser una especie de gobernador metropolitano durante 8 años para luego hacer el relevo en la gubernatura. Sin embargo, ante los recursos legales que se interpusieron poniendo en duda su candidatura, el empresario no tardó en endurecer su discurso. Culpando a AMLO y MORENA de “tenerle miedo”, ha tomado postura en contra de la 4T a pesar de pintarse como un empresario moderado y pretendidamente ‘independiente’.
Alfaro y Lemus son socios de negocios y políticos, así como enemigos declarados del presidente López Obrador. Por eso, es vital identificarlos claramente como aliados consumados del bloque conservador en Jalisco, ya que la historia que cuentan para desmarcarse uno del otro busca ocultar una sola cosa: Movimiento Ciudadano, sus alianzas funcionales y sus candidatos son la continuidad de los gobiernos que tienen a Guadalajara y Zapopan sin agua y sin seguridad pública y en medio de un gran descontento del Pueblo de Jalisco.