La ministra presidenta de la Suprema Corte cenando con el impresentable líder del PRI. El impresentable líder del PRI suplicándole al candidato presidencial de MC que decline por Xóchitl. El candidato de MC burlándose del líder del PRI desde la seguridad que le da haber alcanzado (y en algunos estados, rebasado) a la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez.
Claudio X. González hace una ronda de medios cuestionando la veracidad de todas las encuestas, incluso de aquellas que son “realizadas por profesionales serios” y afirma que tienen entre “5 y 10 puntos de error” por un presunto voto oculto, debido a que tenemos “un gobierno autoritario”.
Lo que iniciara como una campaña plana y con pocos acontecimientos, se va llenando de una cascada de traspiés de los proyectos que aspiran a reemplazar a la Cuarta Transformación. El desempeño de Sheinbaum en la mesa de discusión reaccionaria por excelencia de la televisión, Tercer Grado, habla de un acercamiento incluso de los sectores más conservadores ante una realidad casi consumada – nadie quiere quedarse fuera de la victoria. Incluso liberales como Sergio Sarmiento matizaron sus críticas y comenzaron a criticar superficialmente a Xóchitl Gálvez.
El extravío no se limita a la elección presidencial. En un intento de ganar la simpatía de la izquierda en vez de apelar a su propia base de apoyo natural, Santiago Taboada suma a un fundador de Morena, hermano del exsubsecretario Alejandro Encinas. La oposición en la Ciudad de México sabe que ha topado el máximo apoyo que le puede redituar ser un proyecto de derecha reaccionaria y con gestos como ese intenta acercarse al centro político.
Este esfuerzo de captar a votantes ideológicamente despistados se suma a la propia falta de coordinación entre el PAN capitalino, que presenta una iniciativa para estratificar las tarifas del metro, incrementándolas justo para quienes más necesita una tarifa plana o reducida – las personas que recorren largos trayectos y hacen transbordos. Taboada y Döring tuvieron que salir en sucesivos videos a explicar como este incremento, es desde su punto de vista una reducción.
A pocos días de que todo proselitismo deba parar, dando paso a la veda electoral y a la elección, lo más intenso de la campaña solamente trajo a flote que la oposición política y el proyecto reaccionario se encuentran dislocados entre sí, descoordinados y sin un dirigente ideológico único. Claudio X. González ha cedido espacio a otras voces que, desde la televisión, profieren regaños sin parar a Xóchitl Gálvez en vivo, por no haber hecho tal o cual cosa.
Probablemente el mayor riesgo para el proyecto transformador ahora es que el exceso de confianza derive en una baja participación y movilización de su base simpatizante. La propia Sheinbaum, advirtiendo ese riesgo, ha hecho un llamado a votar en masa, para tener un triunfo contundente. Pronto veremos si ese extravío de la oposición se traduce en la amplia ventaja que necesita Morena para concretar la parte más vital del llamado “Plan C” – la mayoría legislativa para Claudia Sheinbaum.