Este compilado comienza con la juventud de Paz y la historia de su desencantamiento con la izquierda mexicana e internacional. Una pulsión vital de rechazo hacia los sistemas totalizantes que aplastan a los individuos en su camino atraviesa las primeras páginas. Muchas críticas lúcidas al socialismo y a sus errores y algunos cantos a la libertad y la conciencia humana.
Sin embargo, la parte más reveladora se encuentra a la mitad, con los rechazos y justificaciones sucesivas a los actos autoritarios y de control que ejerció el priísmo durante una buena parte de la historia moderna de México.
Al final, Paz se encuentra profundamente insatisfecho con el estado del mundo y del país, pidiendo desesperadamente que llegue la modernidad a México. Sin embargo, siendo justos, él defendió una modernidad híbrida y transformadora, no una extranjerizante o anglosajona. En pasajes, el texto oscila entre alguien que está cerca de condonar actos terribles en nombre del relajamiento del sistema político mexicano y entre alguien que guarda una sana y crítica distancia ante EE.UU. que denomina sin empacho como "un imperio".
Paz pudo haber sido un hombre universal, de no estar tan tremendamente obsesionado con México, la mexicanidad y sus contradicciones. Fue lo mejor que tuvimos y aún así, fue insuficiente. El delirio actual (anti)krauziano es un efecto de ello.
¿Qué hubiera pasado si México no hubiera sido gobernado por un solo partido fuerte y "caudillista" como él lo denomina? ¿Qué país nos dejan los intelectuales que creyeron que la creación de Calles fue "genial"? Tal vez habría habido un país más libre y con personas con aguda conciencia de fallas, algunas similares y otras distintas, que Paz tan agudamente diagnostica.
Este libro es una dulce desilusión y es clave para entender el momento actual de los intelectuales mexicanos y las demandas de la derecha política que se visten de libertad dentro y fuera de nuestras fronteras.