Puente Grande fue símbolo de la fallida política de seguridad del foxismo, calderonismo y peñismo. Se toleraban fiestas con alcohol y prostitución y desde ahí se daban órdenes a control remoto a grupos de la delincuencia. Tan solo este mayo pasado, la negra herencia de corrupción y malos manejos terminó en balazos entre internos. El asesinato de un director culmina esta historia de violencia y descontrol. Entre internos de los Zetas y el Cártel Jalisco Nueva Generación, la decisión de reubicar a los internos es sabia pero difícil. Cuidando el equilibrio y manejo de otros penales, es necesario cerrar el oscuro capítulo de la historia reciente de México y reasignar a estos reos a otros lugares. La pacificación de nuestro país será difícil pero hay símbolos que pesan y Puente Grande dejará de ser esa mancha negra en la historia reciente del crimen y la política en México.
Tomóchic es una novela corta que contiene el germen espiritual de la lucha por la libertad del mexicano. El maestro tapatío Gutierrez Vega (Q.E.P.D.) la nombró como el relato de la resistencia numantina en México por antonomasia. En un pueblo de más o menos cien habitantes, nace un nuevo culto religioso y un orgullo que devendría en heroísmo. ¿Por qué? El gobierno central vive entregando sin pudor aquellas tierras y recursos al extranjero, práctica que sobrevive hasta nuestros días. Traición apátrida suficiente para colmar la paciencia de cualquiera. A raíz de ello, habitantes celosos de sus tierras y su forma de vida se defienden hasta las últimas consecuencias de casi 1000 soldados federales que llegan a Chihuahua con la consigna de doblegarlos a toda costa. Acontece después que en pleno combate al enemigo, ambos bandos descubren su humanidad. Empero, absortos en la ígnea refriega, la razón real de la batalla los elude. En la página 134 se abre la primera grieta moral en los ...
