La Línea 3 en Guadalajara es tema difícil. A días de su puesta en operación, inaugurada por el presidente López Obrador y el gobernador Alfaro, comienza a tener fallas operativas. Más duele que no es parte de un sistema de transporte integral, porque apenas se ponen tímidamente en marcha transbordos entre Tren Ligero y otros modos de transporte y puntos de recarga para la tarjeta. Sin embargo, el gobierno federal sigue impulsando el rescate de infraestructura abandonada por todo el país. Es necesario reflexionar y pedir cuentas a este gobierno estatal y los anteriores, acerca de los sobrecostes (en especial del acero) en toda su construcción. La Línea 3 ya camina pero el rastro del gobierno anterior está bien presente en su diseño y fallas. Ojalá que así como emprenderemos el juicio a ex presidentes se enjuicie en la opinión pública a privados y políticos que hicieron de esta obra una mala pesadilla durante tanto tiempo.
Antes de que Azuela decidiera cambiar su estilo a uno más surreal y psicológico, escribía un poco como Hemingway. Aunque él lo antecede, Hemingway tenía un objeto del deseo más noble y náutico que la revolución mexicana - el mar cubano. Azuela supo lidiar con lo que tenía enfrente en 1915 con un lenguaje directo y seco. No por ello es plano. Narrar como cae al suelo un federal al que habían "acostumbrado a no comer" es una estampa que brilla por su simpleza pero que también es dura y corroe. La conciencia de la violencia en medio de mezquites y nopales emerge de este libro. No se disculpa por existir. La revolución no civilizó a México, solamente desplegó fuerzas humanas y montaraces contra los intentos de modernizar el país a punta de esclavitud. Las 'limpiadas' que hacían al llegar a los pueblos los personajes de Azuela al principio son nobles pero culminan en una banda de pistoleros que cepillan el poco maíz de un campesino solamente porque pueden. Nadie gana ...