Este libro es un pequeño panfleto acerca de dos conceptos entrelazados: los recursos naturales y la deuda externa de los países periféricos. En su breve introducción, los autores conceptualizan el concepto de deuda externa y deuda odiosa (o eterna).
Los autores trazan el origen de la deuda de los países periféricos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a la especulación financiera: nos remite al exceso de petrodólares de EE.UU. y la necesidad de colocar este capital improductivo excedente y hacerlo rentable de alguna forma. La forma que los países desarrollados encontraron de 'deshacerse' de este dinero fue prestarlo a países pobres, muchas veces con tasas de interés usurarias. No solo fueron el FMI y el BM, decenas de bancos privados se montaron en la ola y prestaron dinero también, bajo condiciones similares o incluso peores.
Se explica brevemente cómo funciona la balanza de pagos de un país y las marcadas diferencias entre el sur (que exporta recursos naturales baratos) y el norte (que exporta productos terminados caros). A fin de cuentas, los países periféricos y pobres del sur terminan transfiriendo más divisas y recursos (tanto materiales como financieros) al mundo desarrollado. Cuando agregamos la deuda a esta situación, se explica fácilmente la carrera por explotar a un ritmo muy acelerado recursos naturales para poder pagar el servicio de la deuda. Este fue el caso de América Latina durante los años ochentas y noventas. Se llega a extremos vergonzosos cuando estos préstamos se contabilizan como ayuda al desarrollo en los balances contables de los países acreedores, como lo hizo España.
Los autores hacen también un breviario de varios detalles que son evidentes pero muchas veces ignorados, como el hecho de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son ambos organismos especializados de las Naciones Unidas y en sus mandatos y estatutos tienen la obligación expresa de promover el desarrollo económico equilibrado. Esto contrasta con los dichos de funcionarios y dirigentes del FMI que declaran que el fondo "no tiene obligación alguna para ceñirse a los lineamientos de la ONU ni a los derechos humanos" y que "no hay razones de derechos humanos que justifiquen frenar un proyecto del FMI" https://bit.ly/ECN4ONU (ver página 7).
No todo es tan oscuro. Los autores nos cuentan de un esquema de reconversión de deudas en inversiones entre España y Marruecos, donde los marroquíes entregan a los españoles el monto de su deuda en moneda local y los españoles entregan en su moneda local el monto a cuenta de deuda de Marruecos. Las ventajas del valor de divisas y la reorientación de deuda en inversiones hace del esquema algo prometedor. Este panfleto no describe a detalle los efectos de la reconversión, pero tiene la referencia a un resumen del Observatorio de la Deuda en la Globalización que vale la pena leer: https://bit.ly/ReconversionDeudaES
También se habla del 'ecologismo popular' que, alejado del imaginario y lenguaje del ecologismo occidental, busca la defensa del entorno ante la depredación minera y de bosques en varios países de América Latina. Sin embargo, apunta que dicha defensa es para proteger al entorno de la sobreexplotación para exportar recursos naturales y no solamente para preservar puros e intocados los ecosistemas. Es un buen punto de partida para reflexionar y criticar las posturas preservacionistas del ecologismo anglosajón y europeo y los autores incluso mencionan argumentos a favor y en contra del bloqueo a las exportaciones de atún mexicano so pretexto de métodos de pesca que matan delfines. Este concepto de ecologismo popular merece una exploración más profunda y los autores tienen un par de libros al respecto. Dejo también una breve referencia para su revisión: https://bit.ly/RefEcologismoPopular
Sorteando su brevedad con amplitud de temas tratados, recuperan el pensamiento de Raúl Prebisch de manera fugaz, economista contradictorio por desarrollar su carrera durante la Década Infame en Argentina y próximo a gobiernos dictatoriales que derrocaron a gobiernos democráticamente electos. Brillante analista de la teoría del desarrollo, el pensamiento de Prebisch en la CEPAL y su descripción del deterioro de los términos de intercambio es importante. Como guiño a ello, el libro habla brevemente de la vulnerabilidad de los productores de soja y otros alimentos, como Argentina, ante las fluctuaciones de precio por los biocombustibles y otros factores estructurales de la dependencia centro-periferia. Más próxima es la mención de los autores acerca de la falsa industrialización de México, que importa bienes intermedios para la maquila. Nos plantean la pregunta de cómo industrializar nuestros países sin destruir los medios de subsistencia y sacrificarnos en una economía que pretendidamente se desmaterializa, pero que en realidad solo nos muestra que el norte depende de nuestras materias primas mientras viven inmersos en una economía de servicios.
Si pudiera resumir este libro, sería con una frase de Alier, parafraseando el análisis marxista del comercio internacional: "Los países del sur exportan muchas horas de trabajos mal pagados a cambio de pocas horas de trabajos bien pagados, en medio de un intercambio ecológicamente desigual".
Una advertencia clara para cuidarse del FMI y el BM, un llamado para racionalizar el uso de los recursos naturales y plantearse preguntas de hacia adónde apunta el crecimiento de las exportaciones. El libro cierra con el Veredicto y sentencia del Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda. Breve y útil lectura para los no iniciados en comercio.
Los autores trazan el origen de la deuda de los países periféricos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a la especulación financiera: nos remite al exceso de petrodólares de EE.UU. y la necesidad de colocar este capital improductivo excedente y hacerlo rentable de alguna forma. La forma que los países desarrollados encontraron de 'deshacerse' de este dinero fue prestarlo a países pobres, muchas veces con tasas de interés usurarias. No solo fueron el FMI y el BM, decenas de bancos privados se montaron en la ola y prestaron dinero también, bajo condiciones similares o incluso peores.
Se explica brevemente cómo funciona la balanza de pagos de un país y las marcadas diferencias entre el sur (que exporta recursos naturales baratos) y el norte (que exporta productos terminados caros). A fin de cuentas, los países periféricos y pobres del sur terminan transfiriendo más divisas y recursos (tanto materiales como financieros) al mundo desarrollado. Cuando agregamos la deuda a esta situación, se explica fácilmente la carrera por explotar a un ritmo muy acelerado recursos naturales para poder pagar el servicio de la deuda. Este fue el caso de América Latina durante los años ochentas y noventas. Se llega a extremos vergonzosos cuando estos préstamos se contabilizan como ayuda al desarrollo en los balances contables de los países acreedores, como lo hizo España.
Los autores hacen también un breviario de varios detalles que son evidentes pero muchas veces ignorados, como el hecho de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son ambos organismos especializados de las Naciones Unidas y en sus mandatos y estatutos tienen la obligación expresa de promover el desarrollo económico equilibrado. Esto contrasta con los dichos de funcionarios y dirigentes del FMI que declaran que el fondo "no tiene obligación alguna para ceñirse a los lineamientos de la ONU ni a los derechos humanos" y que "no hay razones de derechos humanos que justifiquen frenar un proyecto del FMI" https://bit.ly/ECN4ONU (ver página 7).
No todo es tan oscuro. Los autores nos cuentan de un esquema de reconversión de deudas en inversiones entre España y Marruecos, donde los marroquíes entregan a los españoles el monto de su deuda en moneda local y los españoles entregan en su moneda local el monto a cuenta de deuda de Marruecos. Las ventajas del valor de divisas y la reorientación de deuda en inversiones hace del esquema algo prometedor. Este panfleto no describe a detalle los efectos de la reconversión, pero tiene la referencia a un resumen del Observatorio de la Deuda en la Globalización que vale la pena leer: https://bit.ly/ReconversionDeudaES
También se habla del 'ecologismo popular' que, alejado del imaginario y lenguaje del ecologismo occidental, busca la defensa del entorno ante la depredación minera y de bosques en varios países de América Latina. Sin embargo, apunta que dicha defensa es para proteger al entorno de la sobreexplotación para exportar recursos naturales y no solamente para preservar puros e intocados los ecosistemas. Es un buen punto de partida para reflexionar y criticar las posturas preservacionistas del ecologismo anglosajón y europeo y los autores incluso mencionan argumentos a favor y en contra del bloqueo a las exportaciones de atún mexicano so pretexto de métodos de pesca que matan delfines. Este concepto de ecologismo popular merece una exploración más profunda y los autores tienen un par de libros al respecto. Dejo también una breve referencia para su revisión: https://bit.ly/RefEcologismoPopular
Sorteando su brevedad con amplitud de temas tratados, recuperan el pensamiento de Raúl Prebisch de manera fugaz, economista contradictorio por desarrollar su carrera durante la Década Infame en Argentina y próximo a gobiernos dictatoriales que derrocaron a gobiernos democráticamente electos. Brillante analista de la teoría del desarrollo, el pensamiento de Prebisch en la CEPAL y su descripción del deterioro de los términos de intercambio es importante. Como guiño a ello, el libro habla brevemente de la vulnerabilidad de los productores de soja y otros alimentos, como Argentina, ante las fluctuaciones de precio por los biocombustibles y otros factores estructurales de la dependencia centro-periferia. Más próxima es la mención de los autores acerca de la falsa industrialización de México, que importa bienes intermedios para la maquila. Nos plantean la pregunta de cómo industrializar nuestros países sin destruir los medios de subsistencia y sacrificarnos en una economía que pretendidamente se desmaterializa, pero que en realidad solo nos muestra que el norte depende de nuestras materias primas mientras viven inmersos en una economía de servicios.
Si pudiera resumir este libro, sería con una frase de Alier, parafraseando el análisis marxista del comercio internacional: "Los países del sur exportan muchas horas de trabajos mal pagados a cambio de pocas horas de trabajos bien pagados, en medio de un intercambio ecológicamente desigual".
Una advertencia clara para cuidarse del FMI y el BM, un llamado para racionalizar el uso de los recursos naturales y plantearse preguntas de hacia adónde apunta el crecimiento de las exportaciones. El libro cierra con el Veredicto y sentencia del Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda. Breve y útil lectura para los no iniciados en comercio.