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Primera prueba de la revolución de las conciencias

Como confirmó el columnista Salvador García Soto, la candidatura de Xóchitl Gálvez es fruto de un estudio mercadológico. Si bien Soto minimiza la participación de Claudio X. González en esta decisión, también la confirma. Es verdadero y preciso lo que apuntó el presidente López Obrador, algo que ya había encontrado confirmación en el lagrimal discurso de Santiago Creel, quien expresó su frustración al serle arrebatada una vez más la candidatura presidencial.

La candidata de la oligarquía tendrá varias facilidades para superar su proceso interno. Lily Téllez ya abdicó, hace poco lo hizo Ildefonso Guajardo y la participación de Creel será testimonial. Enrique de la Madrid cumplirá un papel similar al de Meade – un miembro de las élites respetables, que en un gesto de magnanimidad “dejará pasar” a Gálvez.

En las redes sociales se abre paso, a través de García Soto, un efluvio de publicaciones presuntamente orgánicas, desde canciones populares dedicadas a Xóchitl Gálvez hasta expresiones folklóricas destinadas a hacerla digerible a las clases medias cuya falsa conciencia los orilla a decirse de izquierda, pero solo si tiene candidatos castizos. El apoyo a Gálvez no es gratuito, el estudio de mercado seguramente confirma que la identificación racial de las clases medias con Xóchitl es muy alta. Aparte, Gálvez juega el papel reaccionario perfecto: dice haber sido de izquierda, pero como todo buen adulto, ya se arrepintió de sus “aventuras ideológicas juveniles”.

Toda esta espontaneidad y frescura es validada por García Soto con los asertos de un think-tank anidado en una universidad jesuita, cuyo ‘cuarto voto’ es la lealtad al neopanismo de Movimiento Ciudadano. Este último elemento confirma lo que ya anunció el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro – MC irá con el Frente Opositor y pondrá a su disposición la maquinaria estatal y los recursos financieros de Jalisco y Nuevo León.

Morena debe enfrentar todo ello evitando la fractura. Es encomiable que la secretaria general Citlali Hernández haga esfuerzos para ello. Hace algunos días en una visita a Puebla, dijo sin rodeos que los compañeros “no deben actuar como enemigos”, procurando conciliar a dos aspirantes antagónicos a la gubernatura. Los conflictos internos se deben enfrentar directamente antes de que causen daño. Cualquier fuga o abdicación de cuadros morenistas es primordialmente responsabilidad del partido, no solo de la irracionalidad de los aspirantes como algunas reflexiones de la crítica crítica afirmaron para explicar la derrota en Coahuila.

Morena debe preservar sus propios cuadros en vez de seguir fagocitando cuadros de otros partidos. Esto es importante. Apenas hace poco el Instituto Nacional de Formación Política comenzó actividades con mucho vigor después de una época de congelamiento casi absoluto marcada por el conflicto interno. El INFP probablemente alcance a arrojar cuadros para el 2024, pero no a la velocidad y amplitud que la elección requiere. Es por ello que es vital preservar la unidad.

Afuera del partido también hay dificultades. La esfera pública se encuentra saturada de aspirantes, los mensajes se diluyen entre las afinidades y los opositores recobrarán invariablemente algo de terreno cuando la elección comience – eso es inevitable. Después de la interna, pasaremos de la defensa al ataque. En medio de todo esto, las redes sociales arrojan a un influencer nuevo con muchísima frecuencia. Eso no es malo, pero el papel de estas personas que posicionan opiniones es de reforzamiento, no de análisis. En ese sentido, vienen a suplir a los medios anteriores a los corporativos y no a cumplir una función superior, la de articular una organización popular por fuera del partido, es decir, articular al obradorismo.

La revolución de las conciencias entra a su fase de prueba. Haber derribado el cerco informativo y destrozado mentiras como las tejidas alrededor del salario mínimo, las becas y la privatización energética ayudó a que más gente conociera a los adversarios económicos de la transformación de manera clara.

Articularse de nuevo frente a la embestida fuerte que viene de estos poderes económicos requerirá defender la Cuarta Transformación actuando como si el 2018 no hubiera ocurrido, como si se requiriera conformar de nuevo el bloque social que respaldó a nuestra coalición ganadora.

De no hacerlo, legarle a la candidata o candidato ganador de Morena un congreso debilitado le sumiría en un inmovilismo, haciéndole blanco de ataques sin tregua para revertir los cambios legislativos concretados entre 2018 y 2024. La responsabilidad es ahora más grande, convertir una victoria electoral en un ciclo sociopolítico. América Latina está repleta de amargas lecciones de qué sucede si no se logra un ciclo así. Lograrlo es verdaderamente la primera prueba de la revolución de las conciencias.

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