La violencia en Jalisco se agudiza. Los elementos necesarios para tener el control de la seguridad están presentes: el gobernador tiene a alcaldes afines y tuvo manga ancha para designar al fiscal. A pesar de esto, la seguridad se deteriora y la violencia ha rebasado al Estado (con mayúscula) y a la sociedad. No hay una respuesta articulada y coherente al respecto de los asesinatos de menores, las desapariciones y al crimen del día a día que afecta el sur de Jalisco y la ZMG. Sin embargo, sí hay alternativas. Pero el divorcio del gobierno estatal con el federal sigue debilitando una de las pocas alternativas viables de convocar a la sociedad a participar en la pacificación: articularse con el presidente Obrador sin peleas. Tristemente, es cuestión de prioridades - sigue habiendo más interés en crear una oficina de impuestos separatista y hacer doble tributación que en articularse para mejorar la seguridad. https://www.milenio.com/opinion/editoriales/debate-generacional-jalisco/violenc