Muchas veces desde la veleidad de la izquierda, se le regatea el respeto a todo y a todos. Urge corregir esa injusticia histórica y por eso me permito afirmar que Jorge Verstrynge es un hombre que yo respeto. Su padre nació en Malmedy, pueblo infame. Tal vez por eso siente tan bien el título de las “memorias de un maldito”.
Tuvo el tesón y la valentía de fundar un partido político. Fue un demócrata como pocos, al recibir el encargo de hacer brigadas de propaganda valientemente cuestionó a un miembro del servicio de orden acerca de si iba armado. Al descubrir que llevaba un tolete, un cuchillo y una pistola, le planta cara y le dice “esto fuera”. Sin hubiera más demócratas con la mitad de fibra que demostró él en ese incidente, viviríamos en un mundo distinto.
Un hombre viejo que admite “poco tiempo me duró la euforia del ascenso” bien sería faro que ilumina a los demás al pasar de la derecha a la izquierda, obedeciendo violentamente los mandatos de su conciencia. Otro fragmento revelador: Con Fraga, crea una visión de España como un país que valga la pena y cuenta - «Está claro que se podría aplicar otra política para este país» y sigue, contando de su abrazo a "una visión populista de un país grande, respetado y europeo, pero preocupado—y no sólo por el lado izquierdo— por la gente de a pie...".
Cuando la ideología y el apellido están al mismo nivel, se está ante un gran hombre. Es el caso de Verstrynge. De él me llevo la recomendación de jamás ser policía, ni juez, ni militar, ni cura, ni banquero.
Tuvo el tesón y la valentía de fundar un partido político. Fue un demócrata como pocos, al recibir el encargo de hacer brigadas de propaganda valientemente cuestionó a un miembro del servicio de orden acerca de si iba armado. Al descubrir que llevaba un tolete, un cuchillo y una pistola, le planta cara y le dice “esto fuera”. Sin hubiera más demócratas con la mitad de fibra que demostró él en ese incidente, viviríamos en un mundo distinto.
Un hombre viejo que admite “poco tiempo me duró la euforia del ascenso” bien sería faro que ilumina a los demás al pasar de la derecha a la izquierda, obedeciendo violentamente los mandatos de su conciencia. Otro fragmento revelador: Con Fraga, crea una visión de España como un país que valga la pena y cuenta - «Está claro que se podría aplicar otra política para este país» y sigue, contando de su abrazo a "una visión populista de un país grande, respetado y europeo, pero preocupado—y no sólo por el lado izquierdo— por la gente de a pie...".
Cuando la ideología y el apellido están al mismo nivel, se está ante un gran hombre. Es el caso de Verstrynge. De él me llevo la recomendación de jamás ser policía, ni juez, ni militar, ni cura, ni banquero.