El gobernador Alfaro no le tiene paciencia al periodismo, eso es bien sabido. Pero tampoco le tiene paciencia a su propio equipo, que por incompetencia u omisión le dejaron en ridículo al exhibir en rueda de prensa una cadena apócrifa de WhatsApp como fundamento del regreso a clases ante la escalada de casos de COVID19. Esto junto con las recientes inundaciones en Zapopan pone al descubierto que los gastos en bebidas alcohólicas con el fondo covid son síntomas de la enfermedad que padece todo el gobierno de Jalisco. La enfermedad de la soberbia, la hipocresía y la corrupción que agrava el mal manejo de la pandemia, donde se sigue apelando a la inexistente responsabilidad individual para resolver un problema colectivo.
Es un azar. Los que nos eran leales nos traicionaron, los que fueron traidores pueden salvarnos. no sabemos ya nada de nada. — Extraño país el nuestro. — Es un país corrompido hasta la médula de los huesos -suspiró. Enrique a Carranza, en medio de su huída. El sueño y desencanto de un burócrata con aspiraciones de intelectual perfila muy bien el momento de quiebre que tal vez pasaron los secretarios de este nuevo régimen. Ellos, al igual que Enrique, el burócrata de El rey viejo, fueron violentamente atravesados por la crudeza de la política mexicana cuando creyeron que podían acceder a las glorias del gobierno y hacer historia sin penurias o dificultades. "No hay un gran mexicano que no sea o haya sido un fugitivo". No me simpatiza la causa legalista de Carranza pero la corta novela ayuda a forjar una extraña empatía del orden ante el caos de los mexicanos que no se cansaban de guerrear entre ellos, cambiando de bando conforme la necesidad, la codicia y ...