La elección de Tlaquepaque se ha llenado de ruido por la impostura falsaria y supuestamente paritaria de Movimiento Ciudadano. Las cortes respetaron el derecho de Alberto Maldonado de registrarse por MORENA, a pesar de que a nivel local le han puesto piedras en el camino a su coalición y toda clase de trampas legaloides heredadas de 2006. Fieles a la tradición panista de frenar a sus adversarios con perversiones legalistas, los diputados y liderazgos de Movimiento Ciudadano deberán medir a su candidata contra un candidato competitivo de MORENA en las urnas. La treta de querer hacer una "elección rosa" fue incluso señalada por feministas de la sociedad civil y los movimientos sociales, aparte de ser ampliamente condenada por mujeres de distintos partidos políticos. Quienes quieren "frenar a MORENA" en realidad se revelan como tramposos que no confían en el voto libre e informado del pueblo. Ojalá prevalezca la sensatez y el voto del pueblo de Tlaquepaque.
Antes de que Azuela decidiera cambiar su estilo a uno más surreal y psicológico, escribía un poco como Hemingway. Aunque él lo antecede, Hemingway tenía un objeto del deseo más noble y náutico que la revolución mexicana - el mar cubano. Azuela supo lidiar con lo que tenía enfrente en 1915 con un lenguaje directo y seco. No por ello es plano. Narrar como cae al suelo un federal al que habían "acostumbrado a no comer" es una estampa que brilla por su simpleza pero que también es dura y corroe. La conciencia de la violencia en medio de mezquites y nopales emerge de este libro. No se disculpa por existir. La revolución no civilizó a México, solamente desplegó fuerzas humanas y montaraces contra los intentos de modernizar el país a punta de esclavitud. Las 'limpiadas' que hacían al llegar a los pueblos los personajes de Azuela al principio son nobles pero culminan en una banda de pistoleros que cepillan el poco maíz de un campesino solamente porque pueden. Nadie gana ...