Carlos Illades tiene un talento especial para sintetizar. La historia de la izquierda mexicana abarca casi 200 años y entenderla es una tarea importantísima hoy en día. Illades nos ayuda para lograrlo en menos de 200 páginas. Mediante un método riguroso y de mucha contextualización, expone fuentes documentales para ubicar el primer momento en el que surge el socialismo en México, con la idea de la ciudad perfecta y el socialismo utópico fourierista. Después, describe rápidamente el paso a través del porfirismo y el liberalismo revolucionario de la Reforma, a las primeras organizaciones genuinamente socialistas en la acepción moderna de la palabra - organizaciones gremiales, obreras y de trabajadores artesanales. Estas organizaciones, a través de una larga lucha, insistieron en demandas que ahora son parte del sentido común de la vida laboral de las masas, por ejemplo, la jornada laboral de 8 horas. Cuenta brevemente la historia del pionero Rhodakanaty, que vale la pena en sí misma y se puede leer en otra obra de Illades recientemente editada, En los márgenes. Rhodakanaty en México.
Describe con mucho vigor en unas cuantas páginas la lucha del anarquismo magonista, sin amputarle de su fuerza original como motor del único grupo ideológico nacional que quiso, sin éxito, desbordar la tibia intentona de Madero de rectificar la dictadura porfirista. Intento valiente o insuficiente, Illades lo describe desapasionadamente y todos sabemos que Madero lo pagaría con la vida, no sin antes asfixiar por todos los medios posibles a los Magonistas. Esto encaja bien con cuestiones contemporáneas, como la razón del nombre del diario morenista que revive la publicación 'Regeneración' al tiempo de que emprende una resucitación del liberalismo nacionalista y del nacionalismo revolucionario, que Illades llama 'neocardenismo'.
Echa un vistazo a los alzamientos armados en el norte y sur del país, polos distintos ambos impulsados por el asfixia del régimen de partido único. Es elegante en justificar las 'condiciones objetivas' de su salto a la lucha armada y también en describir su limitada acción política, que en ningún caso justifica la reacción del régimen que desbordó cualquier proporción razonable y la utilizó para una variedad de propósitos nefastos, casi todos ajenos a su razonamiento original de 'evitar la desestabilización' de México. Con algunas menciones al aparato de seguridad y espionaje gringo, Illades nos sugiere sutilmente lo que ya sabemos - los entrometidos yanquis intervinieron en nuestros años de plomo y de la peor manera posible.
Echa un vistazo a los alzamientos armados en el norte y sur del país, polos distintos ambos impulsados por el asfixia del régimen de partido único. Es elegante en justificar las 'condiciones objetivas' de su salto a la lucha armada y también en describir su limitada acción política, que en ningún caso justifica la reacción del régimen que desbordó cualquier proporción razonable y la utilizó para una variedad de propósitos nefastos, casi todos ajenos a su razonamiento original de 'evitar la desestabilización' de México. Con algunas menciones al aparato de seguridad y espionaje gringo, Illades nos sugiere sutilmente lo que ya sabemos - los entrometidos yanquis intervinieron en nuestros años de plomo y de la peor manera posible.
Illades no teme describir de manera elogiosa al EZLN en cuestiones de originalidad comunicacional y organizativa, les adjudica la creación de una alternativa autogestiva tan potente, que los clasifica como artífices de la puesta en marcha del sueño del socialismo utópico. Tampoco teme castigarlos por sus aventurillas electorales que tuvieron consecuencias nefastas y dudosa efectividad mirando sus efectos en la izquierda más amplia. Claramente señala su contribución al famoso 0.56% que dio paso a la pesadilla calderonista.
Finalmente, el libro cierra con un agudo diagnóstico del vaciamiento político del black bloc que muchos atestiguamos de primera mano en las protestas posteriores a la toma de poder peñista y su ausencia de horizonte de futuro. Señala sus causas, que entiende como la pauperización posmoderna e incluso se atreve a concluir en las últimas páginas, que el mecanismo de maximización de ganancias sin límite del capitalismo es culpable doblemente: creó a los anarquistas posmodernos que son antipolíticos y al monstruo del crimen organizado que azota México. El horizonte temporal del libro termina con la fundación de Morena y la mitad del sexenio peñista, lo cual lo hace interesante de leer porque en solamente 4 años más, triunfó la izquierda por primera vez en más de 80 años, si contamos el lapso entre el cardenismo y el obradorismo actual.
Imperdible para quien haya nacido de 1980 para adelante.